miércoles, 17 de mayo de 2017

RELAJACIÓN EN LA ETAPA INFANTIL

RELAJACIÓN EN LA ETAPA INFANTIL


La relajación tiene como objetivo disminuir la tensión tanto física como mental llegando a una distensión óptima.
En Educación Infantil, dicho ejercicio nos puede ayudar en algunas ocasiones no sólo para conseguir ese estado de tranquilidad, sino también para trabajar otros aspectos como la concienciación corporal y la autoestima en los niños dando mensajes positivos en dicha situación.
Por otro lado, les ayudaremos a tranquilizar su mente e imprimir los conocimientos aprendidos, disminuir la ansiedad, aumentar su concentración y a tener una autoimagen positiva entre otras.
La música en estos casos, es un gran aliado y por ello, a continuación daremos algunos ejemplos de actividades que podemos llevar a cabo en nuestro aula.

Cuentos con fondo sonoro

Este ejercicio, como su nombre indica partirá de una canción o melodía que elijamos, a ser posible que tenga una unión con la historia que vamos a contar, estas pueden ser inventadas por el propio maestro. En este caso, deberemos tumbar a nuestros alumnos por el espacio que dispongamos o dejarles sentados en su mesa apoyando la cabeza. Después les pediremos que cierren los ojos y empezara la música a sonar. Finalmente, iremos contando el cuento con una voz tenue y agradable.

Música recomendada:



Pintamos emociones

Uno de los poderes de la música es su facultad para transmitirnos emociones y exteriorizar las nuestras. Por ello, es de gran utilidad usar el dibujo como medio expresión.

Pintamos con nuestro cuerpo: esta sesión, se puede realizar con cualquier edad, ya que el único objetivo es que los alumnos pinten libremente con su cuerpo en papel continuo  mientras escuchan canciones. Para trabajar el esquema corporal a partir de los tres años, les podemos indicar con qué parte de su cuerpo tienen que pintar simulando que las mismas son pinceles.
Dibujamos sensaciones: en esta actividad, les daremos a los alumnos un folio y deberán a través del dibujo plasmar las diferentes intensidades de la música. Es algo muy sencillo, que se puede practicar asiduamente tanto dentro como fuera del aula.

Música recomendada:



Juego simbólico

Somos animales: en este momento, le pediremos a los alumnos que empiecen a respirar como un león, es decir, fuerte, rápido y agitada y después, como una hormiga, que al ser un ser tan pequeño respiraría de forma pausada y lenta. Además, podemos pedirles que a la vez vayan moviéndose por el espacio con música adecuada a los dos tipos de respiración.
Podemos incluir también otros animales e imitarlos de una manera lenta con desplazamiento o en el propio sitio.
¿Somos robots o chicles?: en esta actividad, deberán moverse por todo el espacio como les indiquemos, en este caso como robots, es decir, con los músculos más rígidos y tensos y después como un chicle, fácilmente y con total flexibilidad.

Música recomendada:



Concienciación corporal

El duende: en este ejercicio, pediremos a los alumnos que se tumben dispersados por la clase o aula con los ojos cerrados y les empezaremos a contar con voz tenue una historia donde estén involucradas diferentes partes de su cuerpo. Cuando mencionemos dicha parte, con nuestro duende o mascota de la clase, tocaremos la parte nombrada en cada alumno con mayor o menor intensidad. La música acompañará todo el proceso.

Cosquillas en nuestro cuerpo: partiendo de la misma base que la actividad anterior, en esta cuando los alumnos estén tumbados, les pediremos que cierren los ojos y respiren como hormigas. Seguidamente, les diremos que sientan cosquillas en diferentes partes de su cuerpo que vayamos nombrando, para finalmente que la dejen dormir para despertar a otra parte con cosquillas imaginarias.

Nuestras manos, nuestros pies y nuestra espalda: esta actividad, destaca por su versatilidad, ya que combina el estar de pie, con el estar tumbado. El maestro, con la música ya puesta, les instará a tumbarse y cuando vea que todos están relajados y con los ojos cerrados, les sugerirá cerrar los puños muy fuerte y esperará unos segundos, seguidamente les pedirá que suelten sus brazos. Hará lo mismo con sus pies. esto se repetirá las veces que se crea necesario, sin excederse. Después se les pedirá que se pongan a cuatro patas y simulen que son un gato desperezándose. Finalmente, estando de pie, simularemos que tiramos de una cuerda que atraviesa sus espaldas como si fueran marionetas estirándoles del todo y luego las cortaremos y deberán quedarse totalmente en distensión.

Música recomendada:

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